domingo, 22 de septiembre de 2013

“Yo soy el payaso Pildorita"

FIDEL ENRIQUE GONZÁLEZ PÁEZ
La República / 22 de setiembre de 2013 / Francisco Connio
“Yo soy el payaso Pildorita”
Una historia de vida de un hombre que fue payaso por vocación, que creció con su arte en Argentina y que desde hace 20 años, cumple el ritual de subirse a los ómnibus capitalinos para buscar una moneda.
Para muchos ser artista callejero es ser un artista devenido a menos, sin embargo, en el caso de “Pildorita”, el ritual de pintarse la cara todos los días lo transforma en un “profesional” del humor.
Fidel Enrique González cuenta que tuvo una infancia como cualquier niño, aunque la separación de sus padres (que atribuye entre otras cosas a la militancia de ambos en épocas de dictadura) generó en él un quiebre aun en la etapa escolar que además quedó un poco por el camino. Dice que “agarró” una especie de rebeldía infantil, “no podía estar en mi casa, así que después de rodar un poco por estas calles de Montevideo, decidí irme a probar suerte a Argentina, a aprender definitivamente el oficio de “payaso”. Allá siendo muy jovencito pasé de todo, pero salí a flote siempre. Estuve muchos años “haciendo” ómnibus, plazas, parques, cumpleaños, boliches, teatro, recorrí varias provincias con la cantidad de festivales que existen, y hasta estuve en un circo, que cuando se fue a Europa no pude seguirlo porque no tenía pasaporte. Pero en definitiva aprendí el oficio de hacer reír”.
Tras la llegada de Menem al gobierno comenzaron los problemas para los artistas callejeros argentinos, quienes habían creado APAL (Artistas Populares de Argentina y Latinoamerica).
Lo cierto es que hizo las valijas y a mediados de los 90 regresó a Montevideo. Comenzó haciendo un show en la Plaza Libertad, miércoles, jueves, viernes, sábados y domingos de noche. “Hacia un ‘corro’, pasaba la gorra y me iba muy bien, rendía la plata… Después del 2000, 2002 más o menos comenzó una onda complicada de droga y prostitución y dejé”.
A los ómnibus…
Ahí debió cambiar el escenario de trabajo y emplear su arte para convencer a la nueva platea, los pasajeros de los ómnibus encontrándose con expresiones de desprecio o de indiferencia en muchos casos, pero sostiene “sé a quien dirigirme, a algunos hay que sacarle la sonrisa con un chiste, pero siempre lo hago con respeto, pero tengo claro que el que no te quiere escuchar no te escucha igual. Pero aquel que me pinta una pequeña sonrisa, es mío”.
“Pildorita” -que nació por la simple cuestión de altura entre otros payasos- trabaja con el humor de situación por lo cual sostiene que es bravo quitarle una sonrisa al pasajero y asegura que el uruguayo no es triste “es gris, porque cuando se ríe, se ríe con ganas. Pero es gris y creo que es porque los uruguayos consumimos los problemas por más chicos que sea. Al punto que lloramos con una telenovela, que es algo ficticio… Por eso me aferro a una comprobación médica, que si te reís 10 minutos por día te hace bien porque mueve 73 músculos faciales y te evitás hacerte un lifting”.
“Pildorita” cada día se levanta temprano, prepara el mate y se va a la casa de la vieja que vive al lado un rato, “después me pego un bañito, me pinto y arranco. No tengo definido horario y la verdad antes la plata rendía más que ahora, lo sentís en la calle; por eso cuando sentís el peso de la diaria ahí se da el regreso pero no antes de las nueve y pico de la noche”.
Los fines de semana lo disfruta con su hijo Alejandro Federico de 11 años. “Decidí no trabajar para estar con él”, aunque aclara “si tengo que salir lo hago, de hecho hago cumpleaños, fiestas, cuando cuadra”.
Dice que su hijo puede seguir sus pasos “todavía le cuesta ‘tirarse’ pero en alguna oportunidad ha hecho algo de esto. No lo quiero obligar, pero sería un orgullo que un día pudiera salir conmigo a trabajar, pero si se le ocurre ser artista, o lo que sea lo voy a apoyar siempre”.
“El flaco” me dio otra oportunidad
“En el 2010 pase un momento muy jodido de salud” y recita de memoria en forma corrida cinco nombres como si estuviera recordando la delantera de un equipo de fútbol. “Salles, Telles, Aubal, Wilson y Hernández, los cinco neurocirujanos que el 21 de mayo de 2010 me salvaron la vida. Tuve dos aneurismas, por lo que siempre digo que ahora tengo tres años de vida. Y bromea señalando el techo “estuve tomando un vino con el ‘Flaco’ allá, pero me dijo volvé que todavía no es tu hora y me dio otra oportunidad”.
Y más serio comenta “y la tomo como eso precisamente, como otra oportunidad.” Cuenta que estaba almorzando con su hijo cuando le viene un espasmo estomacal fuerte. “Pensé está mal la milanesa pero veía a mi hijo comiendo. Me viene otro y enseguida como si me hubieran dado con un palo de béisbol en el medio de la cabeza. Estuve cuatro días con dolor de cabeza y no me encontraban nada. Pero ya al cuarto día le dije a mi hijo que me acompañara al Clínicas porque no soportaba más. Ya no salí de allí. Me hicieron todo tipo de estudios, y cuando me raparon me bajó la ficha. Me operaron y tuve un año para volver a trabajar”.
Por los derechos laborales
“Pildorita” desde hace años reclama por sus derechos laborales, máxime cuando ACA (Artistas Callejeros Asociados) no tuvo mayores logros. Por eso Enrique González tomó la bandera siendo referente de los artistas callejeros y plantea la situación de todos ellos “pese a no existir una legislación, igualmente deberíamos estar amparados por la Seguridad Social” asegura y agrega que “en cualquier país del mundo decir artista callejero es ser un señor artista, generás un respeto. Acá decís artista callejero y te dicen ¡ah, trabajás en la calle! Y yo entiendo que la calle es maravillosa, amo trabajar en la calle. Lo que pasa es que hay que revalorizar al artista nuestro, que sea reconocido por el Ministerio de Educación y Cultura y por la Intendencia de Montevideo, que se haga un registro, pero que por ejemplo nos dejen trabajar de teloneros en Carnaval, o que se le dé más oportunidades no solo al artista callejero sino al artista en general. Y en esa lucha estamos peleando hoy con el PIT-CNT, la semana pasada tuvimos una reunión en la Junta Departamental para elaborar un proyecto, esta semana, tendremos una reunión con el SUA, sindicatos de actores, pensamos tener otra en el Ministerio de Educación y Cultura, y estamos agrupándonos como artistas callejeros para poder tener un respaldo para cuando dejemos de trabajar… Pero todo cuesta, es tan difícil poder llegar a algo concreto”.

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